C.E.I.P. PASCUAL MARTÍNEZ ABELLÁN

C.E.I.P. PASCUAL MARTÍNEZ ABELLÁN
Uno de los principales objetivos de la educación debe ser ampliar las ventanas por las cuales vemos al mundo. "Dime y Olvidaré.Muéstrame y me acordaré.Implícame y comprenderé" Confucio (551-479 a.c.)

jueves, 23 de abril de 2020

Federico Balart.

   Federico Balart. Pliego (Murcia), 1831-Madrid, 1905. 
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  Educación en Pliego
    Federico Balart nació un 22 de octubre de 1831, en Pliego (Murcia). La infancia del poeta murciano se desarrolló con normalidad en su pueblo natal. Cursó los estudios medios y aprovechó la biblioteca familiar para cimentar su vasta cultura.
    A la edad de diecinueve años marchó a Madrid, donde compaginó trabajo, estudio y su vocación: la escritura.
    En Madrid comenzó su carrera como crítico literario
    En la capital española se puede decir que comenzó su carrera de escritor. Mientras cursa los estudios de Derecho hizo sus pinitos en la literatura. Publicó sus primeras críticas literarias hacia 1861 en la prensa local. Primero fue el periódico Verdad donde, firmando con el pseudónimo de 'Nadie', realizaba certeras e ingeniosas críticas a las publicaciones y espectáculos de la época. Pronto pasó a escribir en un periódico más serio e importante, La Democracia. En este diario adoptó el sobrenombre de 'Cualquiera'.
    Su vida política, una subida fulgurante
    Era costumbre en la época ocultar la propia identidad bajo un seudónimo. Tanto es así, que en algunos autores prevaleció el sobrenombre antes que el verdadero nombre, como por ejemplo pasó con Azorín.
    En su caso el hecho de ocultar la identidad, podría estar justificado por la carrera que paralelamente desarrollaba en política. Destacaba por su brillantez, su honradez y rectitud. Llegó a alcanzar los puestos de diputado y senador. En 1870 fue nombrado subsecretario del Ministerio de la Gobernación y posteriormente Consejero de Estado. Esta meteórica carrera para un hombre llegado desde un pueblecito de provincias es realmente meritoria. Al retirarse de la política ocupa el cargo de contable en el Banco de España.
    La tragedia lo arrastró definitivamente a su gran pasión: la literatura
    No obstante, su vocación y sus inclinaciones eran otras. El triunfo en la esfera política no le llenaba suficientemente, si conllevaba renunciar a su gran pasión literaria.
    Abandonó la política y se encerró en sí mismo. Desapareció de la vida pública y poco se supo de él durante doce años. Federico Balart, permaneció en silencio, barruntando las que serían sus obras literarias posteriores.
    Hasta 1894 su labor literaria se limitó a trabajos publicados en la prensa. Su fama literaria le viene sobre todo de su libro 'Dolores', publicado cuando tenía 63 años. La tragedia había entrado en su vida con la muerte de su esposa Dolores. En parte esa fue la causa de su retiro y la inspiración de sus poemas. Regresó como refugio a la escritura, reflexiva y, profundamente, fueron llegando las obras.
    Su otra gran pasión aparte de la poesía fue la prensa. Poco a poco retomó su labor como articulista. Publicó nuevos espacios de crítica literaria, trabajos breves como El prosaísmo en el Arte y Novedades de antaño.
    Homenajes y reconocimientos
    Como reconocimiento a su dedicación al mundo de las letras, en 1891, La Academia de la Lengua le convocó a sentarse en uno de sus escaños. Lamentablemente no llegó a ocupar su puesto en tan insigne institución.
    Dentro del mundo de la cultura, el cargo de mayor trascendencia que ocupó fue el de censor y director artístico del Teatro Español. Ostentando este cargo, tuvo a bien recomendar a Antonio Machado en la compañía de María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza.
    Su precario estado de salud y el infortunio que hubo de padecer en sus últimos momentos, le precipitaron a la muerte. Murió en 1905, muchos de sus contemporáneos, los amigos insignes, lamentaron su muerte y la pérdida que supuso para la poesía española.
    El pueblo que le vio nacer, Pliego, le homenajeó con una calle y un busto en la glorieta. También la población cercana de Mula tiene una calle con su nombre. Y en el barrio de San Antolín en Murcia otra vía honra la memoria de este insigne hombre de la cultura regional.

Obra
    Doble faceta literaria
    La obra de Federico Balart comprende dos facetas claramente diferenciadas: poesía y crítica literaria. Como crítico publicó profusamente en prensa bajo seudónimos a lo largo de toda su vida. Su estilo se caracterizó por su frase certera, su agudeza irónica y el buen gusto.
    La poesía dolida
    La poesía en cambio es de honda filosofía. Su obra se contiene en dos pequeños volúmenes: Dolores y Horizontes. Los temas universales de la muerte, el dolor, el amor truncado, la fe y el sentido de la vida, se dejan rimar en su poesía con dulce cadencia. Incluso cuando el tema tratado es tan amargo como la muerte de un ser querido, sabe buscar el lado amable y resignado, del que aún guarda esperanzas de un reencuentro.
    Dos libros llenos de bella tristeza
    El mayor mérito si cabe en la obra de este poeta fue traducir con palabras sencillas el hondo y enmarañado lenguaje del dolor humano. Dolores, su primer libro de poesía vio la luz en 1894. Consiste en un arrebato de emociones hechas poesía, a la memoria de su esposa. El fallecimiento de su esposa fue un hito, que supuso un verdadero descenso a los infiernos del poeta.

    El hilo conductor del poemario es el canto fúnebre, por tanto cualquier tema que trate, se torna solemne y con cierto aire taciturno. Los poemas llevan títulos como Preludio, Relicario, Insomnios, Recuerdo, Aspiración o Restitución.

    Su libro Horizontes, publicado al poco, supone una luz de esperanza en el túnel. Más filosófico si cabe que el anterior, pero menos sentido por otro lado. Se podría situar a Balart dentro de una corriente de poetas filosóficos que en el siglo XIX apostaron por una renovación de las formas y los temas de la poesía tradicional. Nos referimos a poetas como Leopardi, Hugo, Byron, Shelley, Núñez de Arce, Bartrina, Manuel Reina y un largo etc.
El pueblo de Pliego, le homenajeó con una calle y un busto en el Jardín de la Glorieta. También , la población de Mula tiene una calle con su nombre. Y en el barrio de San Antolín en Murcia otra vía honra la memoria de este insigne hombre de la cultura regional

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