La fortaleza de Pliego se encuentra, dominando en su
inmediata cercanía el casco urbano de la localidad, sobre el llamado
cerro del Castillo. Su emplazamiento, en un alto risco donde abundan los
cortados y las pendientes verticales, fue cuidadosamente elegido,
buscando unas defensas naturales que ayudasen a su inexpugnabilidad.
Desde esta construcción se domina perfectamente toda la cuenca del río
Pliego, la población actual y el antiguo despoblado de La Mota (castillo de las Paleras).
El acceso a la fortaleza de Pliego, enclavada a unos seis
kilómetros de Mula, se efectúa desde el casco urbano de la villa, a
través de la calle los Caños y Camino Nuevo. Poco más arriba será
necesario abandonar el automóvil y comenzar la subida andando, a través
de un paseo recientemente acondicionado que nos conducirá a esta
espectacular fortificación.
Controlador del territorio
La fortaleza de Pliego se sitúa en un estratégico lugar
desde el que se domina la población actual, el antiguo poblado
fortificado de La Mota, llamado también castillo de las Paleras, y el
cauce hídrico del río Pliego. Se trata de un impresionante elemento de
control del territorio. Pero sus orígenes no parecen estar muy claros.
Algunos autores remontan su construcción al siglo XII, y afirman que su
construcción en época islámica responde a la intención de dar refugio a
los pobladores de La Mota. No obstante, cabe la posibilidad de una
edificación posterior, ya en época cristiana y bajo el dominio señorial
de la Orden de Santiago.
Su estado de conservación, relativamente bueno y restaurado
en algunas zonas hace unos años, permite contemplar una obra defensiva
totalmente construida con un excelente tapial de argamasa, con unos
elementos en los que aún es posible distinguir alzados completos con sus
pasos de ronda y almenas. El castillo de Pliego está declarado Bien de
Interés Cultural por la Disposición Adicional Segunda de la Ley 16/1985,
de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español.
Arquitectura
Dos partes distinguidas
Según los arqueólogos Sánchez Pravia y García Blánquez,
quienes, hasta el momento, han realizado el estudio arqueológico más
completo, la fortificación presenta dos sectores claramente
diferenciados: la fortaleza y la barrera.
La fortaleza es el elemento principal, y está inscrita en
una planta ligeramente triangular, con sus muros jalonados por siete
torres medianas y un torreón de grandes proporciones que flanqueó la
puerta de acceso a la fortaleza. El otro sector, llamado en los
documentos antiguos de los visitadores de la Orden de Santiago la
barrera, se extiende hacia el levante, mediodía y poniente de la
fortaleza, como una antemuralla, semicerrada y probablemente con un
interior inhabitado.
La fortaleza -siguiendo a los investigadores citados-, fue
levantada en una sola fase constructiva, utilizando masivamente tapiales
de argamasa en todas las estructuras, y se le dotó de una antemuralla
en ciertas zonas. El acceso al interior estuvo situado en el costado del
mediodía, y como tal zona débil de la fortificación fue flanqueado por
dos grandes torres que defendían perfectamente la puerta. En su
interior, que estuvo dotado una vez de diferentes dependencias, se sitúa
un aljibe cimbrado y guarnecido por un lienzo de muralla que arranca
desde el castillo. Destaca en esta zona la torre principal de la
fortificación, que fue restaurada hace unos años, y que es una
impresionante construcción de tapial que aún conserva su altura original
y sus almenas.
El muro perimetral, o barrera, también está levantado con
tapiales de magnífica calidad, conservando aún en algunas zonas el
camino de ronda, pretil y almenas. Probablemente, en su día sirvió para
refugio de la población y sus ganados frente a un ataque enemigo.
Historia
De guardián del territorio...
El enclave del castillo de Pliego fue elegido por sus constructores no por casualidad.
Desde lo alto del cerro, que por su arriscada configuración se presta
ya a su fácil defensa, se controla perfectamente el camino que comunica
el valle del río Mula con la llanura del Guadalentín. De esta manera,
cumplió perfectamente una labor estratégica de control del territorio
circundante, de pastos, regadíos, caminos, gentes y ganados. Los
arqueólogos Sánchez Pravia y García Blánquez, en su Guía de Pliego medieval
(Murcia, 1995), fechan la obra en el siglo XII. El castillo respondería
así a una labor de refortificación generalizada que se estaba dando en
todo el reino musulmán de Murcia en aquella época, tanto en el periodo
mardanisí como durante la dominación almohade. Sin embargo, la
existencia del cercano castillo de las Paleras, apenas a 500 m de éste, y
claramente abandonado, destruido y arruinado desde época bajomedieval,
podría incidir en la hipótesis de que la fortaleza de Pliego hubiera
sido construida en una fecha algo posterior, quién sabe si en época
cristiana. Lo que sí parece estar claro es que el castillo de Pliego
asumió las labores de elemento fortificado en el sector que había tenido
el castillo de La Mota.
...a elemento de frontera
Con la incorporación del reino
de Murcia a la corona de Castilla, a mediados del siglo XIII, la
fortaleza de Pliego (cualquiera que estuviese activa), iba a ser ocupada
por las tropas castellanas, como consecuencia del tratado que firmó el
rey de Castilla con el de Murcia en Alcaraz (1243). Al parecer, el lugar
de Pliego, habitado aún por población de origen musulmán, fue comprado
por la Orden de Santiago hacia los primeros años del siglo XIV, pasando a
formar parte de los extensos señoríos que la orden poseyó en el reino
de Murcia; en concreto, entró a formar parte de la encomienda que los
monjes centralizaban en Aledo. El castillo de Pliego se convirtió en
parte integrante de la poderosa y extensa red de fortificaciones que los
caballeros de Uclés mantenían en el territorio que lindaba con las
tierras del rey de Granada. Surgió entonces como un castillo frontera,
que mantendría su carácter hasta la lenta disolución de ésta. El fin de
la vida fronteriza, con el constante estado bélico y la frecuente
sensación de peligrosidad, se prolongaría, aunque decayendo de forma
progresiva, hasta el siglo XVII.
Fuente:http://www.regmurcia.com
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